La ciudad de Málaga, punta de la lanza del logístico de la parte oriental de Andalucía, avanza en el proceso de ampliación de la superficie dedicada a la actividad logística.

Para cubrir las necesidades generadas por el incremento del comercio online y del aumento de la población, Málaga tiene proyectados más de un millón de metros cuadrados nuevos en el medio-largo plazo gracias a la tramitación urbanística de sectores como Huertecilla Tarajal, La Loma I, San Julián o Rosado Este.

Sin embargo, en la actualidad, la escasez de superficie disponible es el principal escollo que encuentran los principales operadores nacionales e internacionales para instalarse en la ciudad.

Esta escasez ha provocado una renta estabilizada de 5 €/m2/mes y un elevado interés para inversores.

Si hace unos años el principal problema a resolver era la inundabilidad de la mayor parte de la huella logística de la ciudad por su proximidad al río, ahora el reto es impulsar el planeamiento urbanístico de distintos sectores en desarrollo sobre los que estamos trabajando. El objetivo es poder poner en el mercado suelos finalistas con uso logístico a la mayor brevedad posible.

Existen actualmente poco más de 300.000 metros de stock logístico puro en Málaga. Esta superficie está ocupada en su mayoría y en muchos casos está quedando obsoleta. Si contabilizamos aquellas naves que se utilizan para la actividad logística sin estar construidas ni diseñadas para este uso, el stock ascendería hasta los 500.000 metros cuadrados.

La demanda está encabezada por operadores de paquetería y empresas logísticas que prestan servicio a terceros. También es relevante la demanda por parte de usuarios finales que por el crecimiento de su mercado necesitan poder dar servicio a sus clientes locales, con especial incidencia en empresas de distribución alimentaria y textil.

La ciudad requiere una adaptación y modernización que permita a los operadores desarrollar su actividad para dar cabida al aumento de demanda del cliente final.